Recuerdo que fue el año en el que me enganché al futbol. Entré en el cole y acudía a jugar los sábados a la liga colegial. Eramos muchos jugadores sobre el campo de futbol sala persiguiendo un balón tan grande como nosotros. Yo casi nunca metía un gol, pero esa era una frustración que compartiamos la mayoría. Al final siempre pensaba que me quedaba bastante para llegar a Romario, el goleador del Barça.
Fue el año del Superdepor, el penal de Djukic y el 5-2 al Sevilla que nos dió la liga en la última jornada. Y a Romario los 30 goles prometidos. Siempre creí que si hubiera prometido 40 los hubiera conseguido igual. Fue el año del 5-0 al Madrid y la final de Atenas contra el Milan. Esa noche lloré y, frustrado, les dije a mis padres que me hacía del Zaragoza, vete a saber por qué. Me contestaron que era libre de ser del equipo que quisiera pero que uno no debe renunciar a lo que ama al primer contratiempo. Cierto. Que me lo digan ahora...
Llegó el verano y con él, el Mundial de Estados Unidos. Mi abuelito compraba cada dia El Periodico y yo acudía a su casa todas las tardes para leer el suplemento del Mundial. Con Bebeto al lado de Romario estaba claro que Brasil era el favorito, y de hecho lo ganó, aunque no con un futbol especialmente brillante, aunque eso en esa época no lo veía. Sí me acuerdo de los detalles que suelen llamar la atención a esa edad. La celebración de Bebeto y Mazinho acunando un bebé imaginario, por ejemplo. O un gol de falta de Hristo que eliminó a Alemania. O un tipo sueco con rastas.
Tambien retengo en la memoria el papel de España. Empezaron empatando contra Corea y sin Zubizarreta, y despues jugaron contra Bolivia. Al tercero ya no me alcanza, cosas de la memoria, pero la cuestión es que pasaron hasta llegar a cuartos, donde cayeron, como siempre.
Vi el partido en Castelldefels, en casa de mis iaios. Italia tenía el bloque del Milan maldito de Atenas, con Tassotti, Baresi, Costacurta, Maldini, Albertini y Donadoni, y en lugar de Boban o Savicevic metía a Baggio, que era mejor que los dos juntos.
Se avanzaron ellos, por supuesto, empatamos, y Baggio decidió. Despues llegan los detalles. Se habla siempre del fallo de Salinas y hasta del codazo a Luis Enrique, que tambien me dejó frío, pero yo aún veo un disparo de Donadoni a la cruceta. No he visto muchos más como ese. No lo he encontrado hoy en YouTube, así que me fío de 14 años de golpes en la cabeza.
Hoy, Donadoni está en el banquillo suyo y Baggio no tendrá heredero en el campo. Quizá Buffon sea mejor que Pagliuca o De Rossi superior a Albertini, pero la diferencia entre los equipos no es la que era. Queda, sin embargo, la mística que envuelve a los azzurri en estos torneos. Veremos si les vale.
Fue el año del Superdepor, el penal de Djukic y el 5-2 al Sevilla que nos dió la liga en la última jornada. Y a Romario los 30 goles prometidos. Siempre creí que si hubiera prometido 40 los hubiera conseguido igual. Fue el año del 5-0 al Madrid y la final de Atenas contra el Milan. Esa noche lloré y, frustrado, les dije a mis padres que me hacía del Zaragoza, vete a saber por qué. Me contestaron que era libre de ser del equipo que quisiera pero que uno no debe renunciar a lo que ama al primer contratiempo. Cierto. Que me lo digan ahora...
Llegó el verano y con él, el Mundial de Estados Unidos. Mi abuelito compraba cada dia El Periodico y yo acudía a su casa todas las tardes para leer el suplemento del Mundial. Con Bebeto al lado de Romario estaba claro que Brasil era el favorito, y de hecho lo ganó, aunque no con un futbol especialmente brillante, aunque eso en esa época no lo veía. Sí me acuerdo de los detalles que suelen llamar la atención a esa edad. La celebración de Bebeto y Mazinho acunando un bebé imaginario, por ejemplo. O un gol de falta de Hristo que eliminó a Alemania. O un tipo sueco con rastas.
Tambien retengo en la memoria el papel de España. Empezaron empatando contra Corea y sin Zubizarreta, y despues jugaron contra Bolivia. Al tercero ya no me alcanza, cosas de la memoria, pero la cuestión es que pasaron hasta llegar a cuartos, donde cayeron, como siempre.
Vi el partido en Castelldefels, en casa de mis iaios. Italia tenía el bloque del Milan maldito de Atenas, con Tassotti, Baresi, Costacurta, Maldini, Albertini y Donadoni, y en lugar de Boban o Savicevic metía a Baggio, que era mejor que los dos juntos.
Se avanzaron ellos, por supuesto, empatamos, y Baggio decidió. Despues llegan los detalles. Se habla siempre del fallo de Salinas y hasta del codazo a Luis Enrique, que tambien me dejó frío, pero yo aún veo un disparo de Donadoni a la cruceta. No he visto muchos más como ese. No lo he encontrado hoy en YouTube, así que me fío de 14 años de golpes en la cabeza.
Hoy, Donadoni está en el banquillo suyo y Baggio no tendrá heredero en el campo. Quizá Buffon sea mejor que Pagliuca o De Rossi superior a Albertini, pero la diferencia entre los equipos no es la que era. Queda, sin embargo, la mística que envuelve a los azzurri en estos torneos. Veremos si les vale.
2 comentarios:
"O un tipo sueco con rastas..." que acabaria al Barça per ajudar a guanyar la segona copa d'Europa...k gran!
Quina memòria!! No sabia que el Romario en tingués tan fascinat. Carba.
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