Facebook

Es una epidemia.

Estoy en la última fila de una clase cualquiera, miro adelante y todos los estudiantes tienen el Facebook activo. Llego a casa y mi hermano lo mismo. Entro en el local para preparar una actividad y el Facebook en el ordenador. Voy de excursión y los nenes me preguntan si tengo Facebook, los profesores igual. Preguntas a amigos y muchos son adictos. Carlos, por ejemplo, mete más horas que en la cama y a falta de conexión en casa se hace viajes a la uni para mirarlo. Jóvenes y mayores, desocupados y trabajadores, paletos y guays. Epidémico.

Juegan a lo de los países y las banderas, chatean con un programa menos práctico que el Messenger, cotillean las fotos ajenas y se meten en grupos que mitifican chorradas. Es duro no encontrarle el sentido a lo que hacen tus semejantes. A mi me pasa.

Todo empieza con el número de amigos. Que levante la mano quien no tenga "amigos" con los que no se ha cruzado más de tres frases. Número inflado, por lo tanto. Sospecho que hay algo de competitividad en esto. Tal vez sólo sea consumismo: ampliar al máximo la red. Si no es este el criterio, no me explico muchas cosas.

Luego está tu estado. Creo que ya había otro programa así en la red, consistente en contarle al mundo lo que haces. Porque al mundo le importa, claro. Pues no, a nadie le importa si me estoy aburriendo en clase, si me voy a Matalascañas o cuales son mia antojos. Por no importarle, a pocos les importa si estoy enfermo o si este fin de semana me lo he pasado bien. Aunque claro, a nadie debería importarle lo que se me pasa por la cabeza y sin embargo hay quien aún se pasa por aquí.

Obviamente, además de decir lo que se hace siempre queda bién proyectar lo que se va a hacer, anunciar a qué eventos de va a asistir, que no es más que decirle al populacho: voy de fiesta tal día a tal sitio.

Aún más estúpido es lo del muro, casi siempre repleto de mensajes que deberían ser privados. Vía libre a cotillas de turno. Si no ha traído problemas (que la parienta tenga celos, por ejemplo) a más de uno dejo el porno tres meses.

Los juegos y los test son categoría aparte. Hay que estar zumbado para arriesgarse a entrer en este mundo... Y en cuianto a las fotos, está claro que por mucho que avance la tecnología seguirá existiendo la escoria que se fotografía tal que así:

Después están los grupos, donse se demuestra que el papanatismo está globalizado. Somos víctimas de lo mediático. Cuantos fans tiene el maldito "Ho haveu vist?"? Cuanta gente se río con el culazo de Cannavaro contra el poste?

Todos venimos a mitificar lo mismo, desde Supercampeones al Colacao con galletas, y buscamos nuestra identidad yendo contra el cánon digital, el cambio climático o Israel; apoyamos la lucha contra la violencia de género o el maltrato a los toros creyendo que ese clic solucionará esos problemas o limpiará las consciencias. Somos de miles de grupos y la mayoría nos hacen sonreir o nos permite proyectar aquello que nos disgusta,cosa que está bién, pero no conozco ninguno que vaya contra las farmacéuticas-vampiro, la generación abusiva de residuos en nuestras propias casas o la destrucción del Amazonas. Dicho esto, no seré yo quién los cree.

Miro el Facebook y veo un paso más en el fomento de las relaciones light, veo un escaparate de la nada, una nueva forma de que cada cuál se cree la imagen que desea de sí mismo, tan válida o más que este u otro blog, fotolog o myspace. Eso ya existía, vamos, pero el Facebook le da un nuevo nivel.

Por supuesto tiene su punto: permite seguir enlazado con personas de las que se tenían pistas, lo que siempre le alegra a uno, pero el resto no aporta en exceso a nuestras vidas diárias.

Bueno, sí, hacer publicidad...