Capítulo 2:
Me acompañaba Carlos, en pantalones de chándal, calcetines de vestir y zapatillas cutresalchiceras, sin suela apenas, no digamos ya amortiguación. Obviamente, terminó con los tobillos reventados, pero ese es otro asunto.
Tirando, habiendo cambiado el ritmo para probarme, en pleno esfuerzo, adelanté a una chica por el césped de la cuneta y escuche un sonoro eructo de la piba. "Salut!", le solté, educado. Soy de los que habla, agradece los aplausos, canta y anima mientras compite en las carreras populares, me gusta dar ambiente. La chica me lo agradeció y, viéndome ya la espalda, me pregunté si había corrido la Behobia. "Coño, sí! Llevo la camiseta debajo!". Era la chica del baño público. Ya no tenia por qué avergonzarme de haber dejado mi nauseabundez en el servicio. Me sentí liberado. Igual cómo era natural que mi PIB (Producto Interior Bruto) apestara, ella podía soltar gases al aire libre, más si creía que estaba sola.
"Óstia, has venido desde Bilbao para la carrera?" Solté ya girado. "Sí, me gusta", me contestó. Sólo le recordé que estaba cómo una chota antes de seguir mi ritmo. Hay que estarlo para venir a correr media maratón tan lejos.
Mañana toca la de Terrassa. Objetivo: hora y 45 sin que se me caigan las piernas del esfuerzo.
3 comentarios:
Pau, que t'haguis trobat a la mateixa tia de Bilbao després del incident del bany indica clarament que Deu nostru senyor et vol dir quelcom.
FES-TE MARATONIÂ
A qui interessi. He fet 1'40 i estic molt content, però desfet.
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