Històries nocturnes, bogeria global, reflexions d'estar per casa, anècdotes amb suc, apunts d'actualitat i malaltia futbolera.


lunes, 11 de enero de 2010

Unidos en la cerdez

Capítulo 1:

Advertí no hace tanto que en la Behobia - San Sebastián viví un momento guarro que no tardaría en relatar. El momento ha llegado y el cielo me lo ha hecho saber.

Recuerdo que la víspera de la carrera, seguramente la más burra que he corrido en vida (20 kilómetros que unen Irún y Donosti atravesando montañas mientras llovía a cántaros), fuimos a comer a una sidrería. Ya saben: tortilla de bacalao, bacalao con pimientos, chuletón, queso, chorizo y (litros de) sidra. De postre, pacharán. Y en lugar de una buena siesta, lo que cayó por la tarde fue media botella de txacolí y unos pintxos de foie. Para terminar el machaque, cené gambas... con algo de vino.

La torta era de campeonato y el empacho, inhumano, a lo que se unieron los nervios precarrera, ya no tanto por la misma categoría del desafío o lo épico del clima sino por la propia degradación. Total, que casi no pegué ojo y por más que lo intenté apenas expulsé nada en el baño.

A la mañana siguiente todo cambió. Antes i después del desayuno, concretamente. Pero aún tenía algo dentro.

A la llegada a Irún aquello parecía San Fermín, o el Portal de l'Àngel en Navidad, una marea humana que lo invadía todo, baños incluídos. Localicé uno público con menos gente en la cola, seguramente por estar descubierto mientras diluviaba. La chica de detrás me dió conversación. Era de Bilbao, participaba por segunda vez y me juró que me encantaría la carrera. Temía establecer contacto con quien iba a entrar después de mi al baño, pero le seguí el rollo.

Una vez dentro del servicio salió mal todo lo que podía salir mal. No estaba ventilado, la taza estaba guarrísima, la cadena funcionaba mal y, obviamente, no había papel. Opté por una política de hechos consumados: primero aligerar, luego pensar. Una vez aliviado, lo único parecido a un papel era el plástico de un cartón de tabaco. Lo usé y marché a toda velocidad 1) esquivando cualquier feedback de la chica de Bilbao y 2) buscando la forma de procurarme una higiene anal más decente. La encontré en un catálogo de ordenadores, justo detrás de un camión.

3 comentarios:

Carlos dijo...

Mooooooooooooooola!!! No et descuidis la prèvia de la mitja marató de Sitges i l'aparició estelar d'algú important a mitja cursa.

Pau dijo...

La prèvia és una descripció de la teva indumentària o vols alguna cosa més?

Carlos dijo...

La meva indumentària precària serà una bona prèvia. De fet, ara em fan mal tots dos peus... a una zona que no sabia ni que existia. Para todo lo demás, Mastercard (i unes bambes, i una samarreta, i una dessuadora, i unes malles, i uns mitjons...).