Històries nocturnes, bogeria global, reflexions d'estar per casa, anècdotes amb suc, apunts d'actualitat i malaltia futbolera.


lunes, 24 de septiembre de 2007

Barça - Sevilla

Esperando ver qué tal terminan las fiestas de la Mercè para hablar del fin de semana con los animadores y las visitas erasmusianas, toca fútbol.

En la casa de Rubí, con tele enorme y saltándonos el juego de noche, había incomodidad con la visuta del Sevilla, equipo siempre peligroso y compacto que puede meterle mano a cualquiera. Aún con Ronaldinho fuera existieron al principio indicios de nerviosismo en la defensa sevillista, ya fuera por la frescura de Iniesta, la presencia intimidante de Henry o el descaro incontenible de Messi. Las sensaciones, cabezazo al palo de Renato a parte, eran notablemente positivas, esto es, sobriedad defensiva, Kanouté desaparecido, Alves mareado, nada de contraateques fáciles y Deco y Touré con el mando. El gol, eso sí, se hacía esperar.

Ya en el segundo tiempo, y liquidado Xavi, que demostró que no está para estos asuntos, Messi fusiló a Palop para que, una vez desatascado el partido, el equipo se regalara un rato de juego estupendo. Tuvo que salir Oleguer a meter el miedo en el cuerpo a todo el mundo con una pifia que le descarta para futuros encuentros de cuchilo entre los dientes, pero lo cierto es que este Barça ya pinta mucho mejor a la espera de lo que ofrezca fuera de casa. Así pues, la conclusión despues de las visitas de Lyon y Sevilla es que Rijkaard ha recuperado la receta que nos llevó al éxito contra equipos duros hace dos años (maduración de partidos a base de fuerza y solidez para su liquidación final gracias al estilo y determinación de las figuras), quedando aún por comprobar la efectividad ante los conjuntos que se cierren atrás en busca del empate a nada.

No hay comentarios: