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lunes, 15 de octubre de 2007

Reencuentro en el Pilar

Vivo últimamente la tira de reencuentros y los he tenido de todo tipo. Inesperados siempre, alguno me ha entristecido, otros me han sorprendido y la mayoría me han alegrado. Era esta excursión al Pilar otro reencuentro, pero por primera vez, programado y deseado.
La historia, o por lo menos la mia, empieza en Barcelona, con una llamada de Fatma el miercoles por la tarde: está en Barcelona y quiere vernos. Para recojer a Haizea quedamos en darle una sorpresa y, fiel a su estilo, nuestra parisina casi la tira por las escaleras del metro del susto que le pegó. Se la ve feliz (y obviamente chiflada) y con ella recuperamos historias romanas, informamos de las barcelonesas y conocemos sus parisinas.
Noche de cena pasada por agua en Gracia con Diana, María, una barba, Juan, Merche, Fatma, un amigo de Joan y Diana, Haizea y tarde, mucho, Joanín. Enloquecida la camarera por la indecisión de algunas (o por lo absurdo de pedir orchata con las croqueas), nos da permiso para comer lo que han preparado para la mesa desierta. Nos piden que cantemos el cumpleaños feliz a una pareja y lo hacemos en italiano, galego, euskera, catalán, inglés (al estilo Marilyn y con gospel espontáneo posterior), árabe y francés. Políglotas es poco.

Jueves tarde, dia de quedada. El bus sale a las 7 y 5 minutos más tarde Haizea y yo aun estamos atascados en Monumental. Estas situaciones son siempre buen augurio antes de una aventura. Cuando llegamos, el bus ha marchado, pero todos los compañeros de expedición lo han perdido también, por lo que la compañía nos busca huecos en los restantes.


La llegada (hipertardía) a Zaragoza es seguida de una carrera a gritos y lanzamiento de mochila hacia Álvaro, que entiende y me placa. Piccolo se lanza encima del barullo y, al poco, llaman al orden desde megafonía. Esto es el reencuentro, luego tenemos reubicamiento en las casas de Ciccio, Carol (y su gremlin), Juanjo, Nacho y los primos de César. Más tarde estaría entre nosotros la bebida. La ginebra huele a colonia? Pues nos tiramos un poco en el cuello. Hace frio? "Con la de cerdas que hay, pronto nos calentaremos". Bueno, Juan, además de eso, da tragos de Dyc.
Más tarde, Juan, su barba, Dani, Álvaro y un servidor nos perderemos en misión exploradora, la petaca surcará los cielos, alguien orinará en la barra y seguridad nos echará para vover a dejarnos entrar. Ocupamos un podium y Xavi no se cree que los meaderos sean "eso", mea en una esquina, y ve la targeta amarilla.

Me despierto en un chalet impresionante, el de los primos de César, y nos ofrecen "algo para tener en el estómago". Primero solo una cervecica, pero el amigo sevillano corta un jamón de escándalo, luego chorizo, lomo, queso y hasta cecina. Albert habla del vino, Jordi se lo bebe. "Ponemos algo a la chimenea?" Chistorra, salchichas, morcilla y panceta, pero es que ya hemos abierto 7 botellas de vino! Inciso. Decía Rajoy en ese video ridículo que todos debiamos hacer un gesto el dia 12 que reivindicara la españolidad. Reunir alrededor de queso manchego, cecina leonesa, tinto riojano y embutidos ibéricos a un maño, un sevillano, una vasca, cuatro catalanes y dos castellanos debe valer, no? A mi estómago le vale. Pero no mezclemos vísceras con política y sigamos.

Pasamos de la barra a la mesa para hacer la sobreidem y salen rones y licores de marcas desconocidas (que no malas) para acompañar los bombones sustitutivos. Evidentemente, cuando lleguemos al Pilar para encontrarnos, el cocido que levamos encima algunos es considerable. Para celebrarlo, intento mostrarle los coglioni a Igor para que los firme, partiendo el cinturón (de mierda) en el intento. Los pantalones se me caen y hay quién no puede evitar prensarme el escroto. Por suerte, todo es solidaridad en fiestas y el hombre más borracho de Zaragoza me regala su cinturón. Como me va grande, lo anudo.

Cenamos semidispersos y se nos ocurre probar la ginebra que la prima de Sesa me ha echado en la petaca. Trago yo, tráquea perforada. Traga Xavi y pide cambio al banquillo. Traga Álvaro y pide que le lleven al infierno ya. Traga Haizea y ni le cambia la cara. Álvaro se preocupa.


Instantes despues, a iniciativa de Joan y Andrea, enseñamos al resto como se baila el Bugui bugui, traduciendo del catalán directamente. Triunfa.
Ya en las carpas, otra vez llenazo de gente. Leti sigue llevando su botella como si de un bebé se tratara, algunos engañamos al puerta para que nos dejen entrar sin pagar y hay quien ya habla acerca de la receptividad de alguno/as. Al dia siguiente, Archivos Leandro pondrá nombres sobre la mesa aunque, como dice Carol, es "malo pero con gracia".

La noche siguiente será igualmente extraña, ya que lo que debería haber sido una cena común no logra hacerse por problemas de logística cuando se trata de juntar piezas. Tiene cojones, y esto es una queja, que los únicos momentos en los que hemos estado insiemes haya sido para beber. Los botellones estan bién, pero en la calle siempre derivan en grupos pequeños con el riesgo de quedarse uno sin comentar la jugada con quien hace la tira que no te ves. Para quedadas posteriores es imperativo establecer una cena en el planning.

Bueno, pero tampoco lo pasamos mal.
  • Comemos unas tapichuelas en el peor bar de la ciudad.
  • Un banco es tirado a la parcela de un feriante, Joanín emula a Hannibal atado a un carro de esos para transportar bombonas de butano o barriles de birra, el carro es tirado siguiendo el banco.
  • Pili va más borracha que nunca.
  • Andrea nos muestra orgullosa (unas 12.046 veces) el corazoncito que le ha regalado Igor.
  • Piccolo agoniza.
  • Vamos a quejarnos de la música (Camilo Sesto, Los Pecos, Raffaela Carrá -en persona- y demás mierda) al dj con insultos y gesticulaciones de dudoso gusto y éste nos muestra un cartel "Casposos somos todos".
  • Perdemos a Igor.
  • Unas gitanas beben uisqui a palo seco.
  • Ciccio llega de la Oktoberfest de la otra punta de la ciudad.
  • Andrea y Mariana consiguen subir al escenario para salir de allí corriendo con un cabezacuadrada detrás.
  • Aparece Igor y confiesa que estaba durmiendo en una mesa, que los puertas han intentado echarle y que ha alegado que ha perdido a sus amigos.
  • En la salida hay una de las gitanas de antes durmiendo la mona debajo de los cartones que sus amigas le han echado para taparla del frio, las demás gitanas intentan contener a una segunda compañera, que de tanto que quiere tapar a la que duerme, vacía de cajas un contenedor para montar una verdadera pirámide por encima de la mujer.
  • Alguien sospecha que la pelota con la que juegan Maria, Andrea y Mariana está meada.
  • El agotamiento global es enorme pero las hormonas les dan gasolina a algunos/as.

A la mañana siguiente, miles de despedidas y la última comida con todo aquel que puede, para volver a correr para no perder el bus.

Ha sido un grato reencuentro, me encantó llamar a Edu y a Patri para que estuvieran con nosotros, y me apenó no ver a Xavi, Nano y Zurita, ya que estaba convencido que nos darian una sorpresa. Otra vez será.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

"Con la de cerdas que hay nos calentaremos" OLE!!!!!!

Jordi dijo...

que grande! que pena nos dió a albert y a mi tenernos que ir...espero que bebierais por nosotros!una abrazo a todos!

Anónimo dijo...

olvidaste a formol...

Pau dijo...

1) reproduzco, no firmo.

2) sí, bebimos por voi.

3) bueno, yo y tantos otros.

Mimitos a tuttis,

Pau